Poniéndonos en situación, Alexander Fleming trabajaba como micro-biólogo en el Hospital St. Mary de Londres, pero al parecer no era muy atento al igual que el orden no era su punto fuerte. Por esa misma razón en una de las placas donde estaba cultivando bacterias, apareció un hongo. Este hongo estaba ocupando el lugar donde estaban las bacterias, de manera que allí donde estaba no habían bacterias. Debida a la curiosidad de Fleming, descubrió que ese hongo producía algo que hacía que no crecieran las bacterias que estaban alrededor de este.
martes, 16 de enero de 2018
Serendipia revolucionaria
Un día más, vamos a ampliar nuestros conocimientos con alguna de las curiosidades de las que no teníamos ni idea, pero que pertenecen al entorno que nos rodea.En este caso será la penicilina, la cual no es una nueva palabra en nuestro vocabulario, pero lo que igual no conocemos es el origen de esta, y que además fue fue de casualidad, producto del desorden y la curiosidad de unos de los científicos más conocidos, como es Alexander Fleming.
Poniéndonos en situación, Alexander Fleming trabajaba como micro-biólogo en el Hospital St. Mary de Londres, pero al parecer no era muy atento al igual que el orden no era su punto fuerte. Por esa misma razón en una de las placas donde estaba cultivando bacterias, apareció un hongo. Este hongo estaba ocupando el lugar donde estaban las bacterias, de manera que allí donde estaba no habían bacterias. Debida a la curiosidad de Fleming, descubrió que ese hongo producía algo que hacía que no crecieran las bacterias que estaban alrededor de este.
De esta manera un descuido por mala organización y desorden dio pie a que se descubriera uno de los antibióticos más utilizados, pero esto no pudo ser sin la posterior ayuda de otros científicos como Florey y Chain que ayudaron a que se produjera de manera aislada y masiva.
Poniéndonos en situación, Alexander Fleming trabajaba como micro-biólogo en el Hospital St. Mary de Londres, pero al parecer no era muy atento al igual que el orden no era su punto fuerte. Por esa misma razón en una de las placas donde estaba cultivando bacterias, apareció un hongo. Este hongo estaba ocupando el lugar donde estaban las bacterias, de manera que allí donde estaba no habían bacterias. Debida a la curiosidad de Fleming, descubrió que ese hongo producía algo que hacía que no crecieran las bacterias que estaban alrededor de este.
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