Todos hemos oído hablar por la televisión, por la radio o en otros medios de comunicación sobre catástrofes naturales que acaban con ciudades o pueblos de mayor o menor escala. Pero, ¿está todo el mundo prevenido, preparado para una situación de tal calibre que puede acabar con la vida de decenas, cientos o incluso miles de personas dependiendo de la fuerza con la que afecte a la zona o lo preparada que esté esta?
Pues en este artículo vamos a poner como ejemplo a México, país que tiene mucha actividad tectónica, puesto que está situada entre varios límites de placas. México tiene muchos terremotos al día que no se sienten, pero aparecen terremotos con una fuerza tremebunda como él terremoto del pasado 19 de septiembre de este mismo año, donde un terremoto de 7,1 grados movió Ciudad de México causando finalmente un total de 369 muertos y destrozando miles de vieviendas que dejaron en la calle a gran cantidad de personas.
Lo que muchos se preguntan es, si esto se podría haber evitado. Pues está claro que no podemos hacer nada para que no haya terremotos, pero lo que si se está haciendo es estudiar los seísmos los movimientos de tierra... a partir de la evolución de la tecnología, que cada vez nos proporciona nuevos medios para mejorar las tecnicas de estudio, como en este caso geológicas. Además conociendo cómo ocurren, cómo serán o dónde será más fuerte, se puede prevenir a la ciudadanía y evitar grandes tragedias.
Por eso es importante que la ciencia y la tecnología trabajen juntas para producir grandes cambios y ayudar a la sociedad.
Un artículo muy interesante con un muy buen ejemplo que apela a la colaboración de diversos campos de nuestra sociedad para promover el trabajo en equipo.
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